ANIMALES QUE COMEN ANIMALES. ANTECEDENTE DE LAS VACAS LOCAS

Reino Unido estudia autorizar piensos animales en la alimentación de aves

Alimentación para aves destinadas a consumo humano

*La Comisión Europea reautorizó el uso de proteínas animales procesadas porcinas, harinas de insectos y gelatina animal en la dieta de aves de granja destinadas al consumo humano

*Considera que su uso es coherente con el objetivo de una bioeconomía más circular y de reducción de residuos

*La tasa de inclusión en los piensos oscilaría entre el 5 y el 10%

Fue tras la crisis de la encelopatía espongiforme bovina, conocida como la enfermedad de las vacas locas cuando se prohibió alimentar a los animales de granja con proteínas animales. Años después, en 2021 la Unión Europea modificó la legislación para permitir el uso de pienso animal en ciertos animales destinados al consumo humano autorizando, concretamente, la utilización de cerdo para elaborar pienso para las aves de granja y viceversa, es decir, carne de aves de corral para elaborar el pienso que comerán los cerdos.

También se aprobó el uso de harina de insectos y gelatina procedente de rumiantes en la alimentación animal.

El pretexto de incluir proteínas animales procesadas en la alimentación de aves y cerdos responde a la estrategia europea sobre proteínas, entre las que se incluye la presencia de insectos y gelatina en los piensos, afirmando que las proteínas animales transformadas son un excelente material para la alimentación animal con una alta concentración de nutrientes fácilmente digeribles y con el aliciente de reducir la dependencia de proteínas procedentes de terceros países. La creciente escasez en el mercado de materias primas como la colza, la soja y el altramuz facilitan esta permisividad.

Entre las garantías que ofrece la UE figura la obligación de la separación física de las instalaciones de uso, producción y transporte por tipo de especie a lo largo de la cadena para evitar la contaminación cruzada de estas proteínas y cumplir así la “prohibición del canibalismo”, de tal manera que los cerdos no puedan comer piensos elaborados con carne de cerdos ni las aves comer piensos elaborados con carne de aves.

No hay que olvidar que la epidemia de las vacas locas de la década de 1980 provocó el sacrificio de 4 millones de cabezas de ganado y la muerte de 178 personas a causa de la variante humana, la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob.

Para lograr este objetivo, Inglaterra, Gales y Escocia solicitaron en su día que la Organización Mundial de Sanidad Animal cambiara el estatus de riesgo de esta enfermedad de “controlado” a “insignificante”, de manera que ayudara a incrementar sus exportaciones de carne y subproductos.

Si bien las evaluaciones de riesgo de estos países sugieren que el riesgo de que vuelva a surgir un brote de las vacas locas sería bajo, sí les preocupa “los riesgos para la salud animal que presentan otros patógenos potenciales como la peste porcina africana, la peste porcina clásica o el virus de la diarrea epidémica porcina”,  especialmente si el uso de estas proteínas para elaborar los piensos provienen de carne importada, “dado el riesgo de que los controles de los insumos sean menos eficaces y la capacidad de garantizar la calidad y la inocuidad en el país de origen.”

Sin duda una legislación cuyos efectos no se harán esperar.