Según un estudio reciente, más del 80% de los consumidores españoles consideran que las marcas propias ofrecen una calidad comparable a las marcas de fabricante, lo que ha impulsado su popularidad y aceptación en el mercado. En el contexto actual de inflación persistente y búsqueda de ahorro, los consumidores están optando cada vez más por productos de marca propia.
El aumento en la presencia de productos de marca propia sugiere un cambio significativo en las preferencias de los consumidores hacia opciones más económicas. Esto puede estar impulsado por la calidad y la relación calidad-precio que ofrecen estas marcas. Cadenas como Mercadona y Lidl han capitalizado esta tendencia, fidelizando a los clientes y simplificando la logística al priorizar sus propias marcas, que además generan mayores beneficios que las marcas de fabricante.
“Las marcas propias no solo son una opción económica, sino que se han convertido en una parte integral de la identidad de las cadenas de supermercados, proporcionando una ventaja competitiva significativa”, explica Javier Velilla, socio director de Comuniza, agencia especializada en branding.
Además, la estrategia de las cadenas de supermercados de centrarse en sus propias marcas ha demostrado ser una táctica eficaz para aumentar la fidelización de los clientes.
“La capacidad de las marcas propias para generar más beneficios se debe en gran parte a los menores costos de producción y a la eliminación de intermediarios”, agrega Velilla. “Esto no solo mejora la rentabilidad de las cadenas, sino que también les permite ofrecer productos de alta calidad a precios más competitivos”.
Esta tendencia de crecimiento de las marcas blancas también puede estar influenciada por la innovación y la adaptabilidad de estas marcas para satisfacer las cambiantes necesidades del consumidor.
“Las marcas blancas están en una posición única para experimentar y lanzar nuevos productos rápidamente, lo que puede ser más desafiante para las marcas de fabricante", cierra el experto en branding.
De este modo, el aumento en la presencia de productos de marca propia sugiere un cambio significativo en las preferencias de los consumidores hacia opciones más económicas y de alta calidad. Este fenómeno no solo transforma el mercado, sino que también presenta nuevas oportunidades y desafíos para las cadenas de supermercados y los fabricantes.