El aceite de palma es un aceite vegetal rico en grasas saturadas, básicamente ácido palmítico, empleado frecuentemente en alimentación. Investigadores del IRB Barcelona publican en la revista Nature el mecanismo por el cual este ácido –y no el oleico o linoleico– favorece la expansión del cáncer.
La metástasis, que se presenta cuando las células cancerosas se desprenden del tumor primario y forman uno nuevo en otros órganos o tejidos, es la causante del 90 % de las muertes por cáncer.
Un nuevo estudio publicado en la revista Nature indica cómo una dieta rica en ácido palmítico –el componente principal del aceite de palma– altera el genoma del cáncer y aumenta la probabilidad de que se extienda.
Los investigadores han expuesto células de tumores orales y melanomas procedentes de pacientes a una dieta rica en dicho ácido, lo que ha permitido observar que tienen mayor capacidad de hacer metástasis en ratones, incluso cuando esta dieta se suministra durante un periodo muy breve de tiempo. Esto se debe a que las modificaciones que genera el ácido graso sobre el genoma de las células metastáticas son permanentes.
Los científicos del IRB Barcelona liderados por Salvador Aznar-Benitah, creen que estos resultados se pueden extrapolar a las personas enfermas: “Hemos visto con datos de expresión génica de varios tipos de cáncer en cientos de pacientes que las rutas que hemos estudiado correlacionan con mal pronóstico en varios de estos tumores”.
Los investigadores han identificado una serie de marcadores de la exposición al ácido palmítico en las células tumorales: un cambio que hace que estas mantengan una mayor capacidad metastática, incluso meses después de estar expuestas al ácido graso y que podría estar relacionado con una mayor capacidad de estas células tumorales para inervarse.
“En 2017 publicamos un estudio sobre que el ácido palmítico se correlaciona con un mayor riesgo de metástasis, pero no conocíamos el mecanismo. En este ya detallamos el proceso, desvelamos que existe un factor de ‘memoria’ de la capacidad metastática y señalamos una vía terapéutica para revertirlo”, subraya Aznar-Benitah.
Los expertos han empezado a desarrollar terapias para interrumpir este proceso: “Lo que vamos a probar a partir de ahora nos dirá si algunos de estos hallazgos pueden tener potencial en la clínica”.
No ocurre con otros tipos de aceites
Los resultados indican que una dieta rica en aceite de palma sería perjudicial para el desarrollo del cáncer, incluso si tiene lugar en una fase muy inicial de la enfermedad en la que el tumor primario quizás no ha sido detectado aún.
Los científicos han observado que esta capacidad expansiva y colonizadora se adquiere debido al consumo de ácido palmítico (predominante en el aceite de palma), pero no ocurre así con el ácido oleico (muy abundante en el aceite de oliva) o el ácido linoleico (característico de la linaza).
Estos resultados apuntan a que la agresividad no solo tiene que ver con el metabolismo de las grasas, sino también las modificaciones epigenéticas que se producen en las células tumorales cuando ingieren ácido palmítico.
Sobre el IRB Barcelona
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